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Recuperador electrónico INDIBA · By César Medrano

Artículo publicado en la revista Discovery Salud de Noviembre de 2000.

El Recuperador Electrónico de Indiba es un aparato que transforma una energía fría de alta frecuencia relativa (0,5 “Mhz.”) en temperatura interna. Es decir, un aparato que al aumentar la temperatura interior del cuerpo y transmitirle una corriente eléctrica do bajo voltaje, permite resolver diversas y variadas dolencias. Dotado de dos métodos de aplicación hipertérmicos -el capacitivo y el resistivo- se trata de un equipo que funciona -en el primer caso- de manera similar a un condensador eléctrico y que está constituido por la interposición de una capa dieléctrica entre dos capas metálicas que sirven de almacenaje y dos electrodos que se aplican sobre el cuerpo. uno aislado móvil (TEC) y otro fijo y de acero inoxidable (TER). Ambos tienen esa propiedad de transformar energía fría en temperatura similar a la del propio organismo.

Ahora bien, no confundamos calor con temperatura. El cerebro humano, por ejemplo, se lesiona de gravedad si llega a más de 42 grados por lo que aplicar fuentes de calor externas es muy arriesgado. Sin embargo, la temperatura es una medición do los grados de calor y la ventaja del sistema del que hablamos es que, al aplicarse el tipo de corriente que use y al ser el tejido del cuerpo semiconductor, se establece una resistencia que provoca una caída de voltaje y su posterior disipación, es decir, transforma esa energía fría de alta frecuencia relativa en un aumento de temperatura que no quema y va del interior del cuerpo hacia el exterior. ¿Qué sucede en cambio con otros aparatos cuando las frecuencias son muy elevadas? Pues que en lugar do una caída do voltaje se produce un movimiento molecular que puede ser contraproducente.

El inventor del aparato, el ingeniero catalán José Calbet, lo explicaba así en nuestro anterior artículo: “Si usted va a la playa, toma un baño de agua muy

caliente o recibe durante algún tiempo el impacto de rayos infrarrojos u onda corta se producirá un sobrecalentamiento del tejido, lo que en todos los casos ocasionará ?en mayor o menor medida? pérdida de elasticidad y flacidez del tejido. Pues bien, tras una sesión con nuestro aparato lo que se constata es lo contrario: una progresiva reafirmación del tejido”. ¿Y cómo actúa el aparato? El propio Calbet lo explica:

Hoy se acepta que gas causas por gas que se desencadena una enfermedad son variadas pero lo cierto es que cuando algo no anda bien el cuerpo emite señales de alarma. Bien, pues el organismo time un campo de actuación determinado y cuando se desajusta o le falta estimulación y no es capaz de repolarizarse por sí mismo, empieza a fallar o lesionarse. Es entonces cuando aparece la enfermedad y el “chivato” -en forma de dolor- se “enciende.

Pongamos como ejemplo el caso de los catabolitos tóxicos y en particular de los radicales libres, considerados responsables del envejecimiento y debilitamiento de gas defensas naturales. Sería muy largo explicar ahora con toda precisión lo que son pero digamos, de forma abreviada, que se trata de un sistema de iones compuestos que desequilibra progresivamente todo el conjunto molecular del tejido, lo que perjudica el metabolismo y el sistema nutritional linfático.

Al tratarse de una alteración celular que afecta a todo el sistema interno será necesario activar la vitalidad tisular del tejido para asegurar la presencia de una población celular joven que intervenga en el proceso de proliferación mitótico y sea capaz de detener esa desordenada replicación. Pues bien, el aparato, al intensificar esa actividad celular, actúa a modo de vasodilatador y al incrementar la circulación sanguínea y linfática estimula y oxigena la respiración endocelular, lo que contribuye a la expulsión de los radicales libres.

Lo que hace, en suma, es actuar desde dentro potenciando el sistema eléctrico interno y activar gas células oxigenándolas para darlas así más fuerza al luchar contra la agresión. De esa forma no sólo disminuye el dolor causado por la dolencia sino la propia enfermedad. Porque no podemos combatir la disfunción desde fuera sino que tenemos que hacerlo también desde dentro; y eso es lo que hace de este aparato un instrumento valiosísimo ya que se trata de un sistema bien tolerado y no agresivo para el organismo.

Supongo que a estas alturas el lector se estará preguntando si hay estudios científicos que demuestren todo esto. Y hemos de decide que sí. Veamos algunos de ellos.

EFICACIA CONSTATADA EN LOS PROBLEMAS DE VASCULARIZACIÓN

Una de las aplicaciones de mayor interés de tan singular aparato se encuentra en los problemas de vascularización. En la clínica renal de Barcelona que dirige el Dr. Emilio Rotellar se llevó a cabo un protocolo cuyos resultados se presentaron primero en un congreso internacional en Siena (Italia) y luego en otro nacional, y que serían más tarde publicados en la revista de la Asociación Española de Diálisis (vol. XIX, 1999). El equipo que desarrolló la investigación utilizó el Recuperador Electrónico en 7 pacientes diabéticos tratados con hemodiálisis que tenían lesiones vasculares de evolución tórpida (muy negativa) a los que se dio con el aparato 2 sesiones semanales de 10 minutos de transferencia resistiva y 10 de capacitiva sobre la zona afectada durante periodos de tiempo variables. Las lesiones no fueron tapadas con apósito alguno ni tratadas paralelamente con ninguna otra terapia.

Pues bien, los pacientes ya notaron desde la primera semana que les dolía menos, impresión que se confirmaría al mes al comprobar que la curación era total. Resultado más que notable porque, como indicaría en su estudio el equipo del Dr. Rotellar, se trataba de pacientes con lesiones vasculares en extremidades superiores a inferiores de evolución n tórpida que provocan dolor que en ocasiones se agrava durante la sesión de hemodiálisis y pueden llevar a amputaciones progresivas.

Esta patología vascular periférica -añaden- se trata generalmente con prostaglandinas por su acción n vasodilatadora y antiagregante n fin de delimitar la lesión y favorecer la cicatrización antes de amputar pero son rápidamente inactivadas a su paso por el pulmón y sus resultados no son concluyentes”.

Sin embargo, con el Recuperador Electrónico se logró “un aumento notable de la circulación sanguínea linfática con mejora de los aportes nutricionales y oxigenativos a causa del aumento de la temperatura interna observándose una evolución favorable de las lesiones, llegando a la curación total”.

Para el Dr. Rotellar no cabe duda alguna:

“Puedo afirmar que el Recuperador Electrónico es un arma eficaz para curar lesiones vasculares. Es más, gracias a él se puede evitar una tórpida evolución de las lesiones que pueden desembocar en amputación. Se trata de un método con una excelente tolerancia ya que el paciente no experimenta nunca la temida sensación de ser tratado con una corriente eléctrica. Y además carece de efectos secundarios.”